Cronología X-185: Otro mapa mental para el descubrimiento de América

Andreu Marfull Pujadas
5 de octubre de 2019

Según la Nueva Cronología de Fomenko y Nosovskiy , la colonización europea de América, tal como la conocemos, comienza en la segunda mitad del siglo diecisiete, y antes se han establecido rutas entre Europa y América por el océano Atlántico, en las que participan judíos, cristianos y mahometanos. Múltiples y extraordinarias pruebas lo corroboran. Del mismo modo, esta investigación demuestra, sin lugar a dudas, que la historia antigua y la crónica de los textos sagrados se refieren a hechos que tuvieron lugar durante la Edad Media.

Por otro lado, según la Cronología X-185, la hazaña del descubridor Colón se enlaza con el desmantelamiento de la Orden del Templo de Salomón y, al mismo tiempo, existe un salto cronológico adicional que le da sentido. La Edad Media hay que entenderla 185 años más cercana y, los hechos de la Orden del Templo de Salomón, hay que entenderlos 185 años adicionales más adelante, hasta las puertas del siglo dieciocho. Los siglos dieciséis y diecisiete de los Habsburgo hispanos no existieron.

De acuerdo con la lógica, las evidencias y las pruebas que trabaja esta investigación, hay un orden judío, salomónico y templario en la Edad Media real, que convive con un orden cristiano y mahometano, pero con otro escenario cronológico, diferente al oficial. La Orden del Templo de Salomón tiene su espacio temporal 370 años más cerca, por lo que su fundación y su desmantelamiento, por parte del rey de Francia, no tiene lugar en los años 1116 y 1307 oficiales, sino en los años 1486 y 1677 reales. A su vez, el descubrimiento de Colón hay que situarlo 185 años más adelante, también en 1677. Inicialmente, el proyecto colonial papal hispano es consecuencia del desafío francés ante este orden. Hasta entonces, la Orden lidera las rutas marítimas, en paz relativa con los mahometanos otomanos, resultado de un pacto, entre Oriente y Occidente. El pacto es la alianza del Arca de Salomón, que se establece en el siglo quince, de acuerdo con la Nueva Cronología de Fomenko y Nosovskiy y de acuerdo con la Cronología X-185. Pero el pacto entra en crisis en el siglo diecisiete y, como respuesta, nace el poder del Vaticano y, con él, el proyecto mesiánico de Cristo que acabará impulsando la colonización y la reconstrucción integral de la historia y la de los textos sagrados, con la dirección de la compañía de Jesús y el brazo censor de la Santa Inquisición.

Resultado de un desafío simbólico asociado a la imposición de un Mesías, que debe sustituir el ideal del Templo de Salomón, se inicia una manipulación integral de la historia. Con ella, se crea un falso origen de la colonización, que a su vez mutila la historia real de los protagonistas que la han liderada hasta entonces. Esta gran manipulación empieza a ser intensiva desde el 1715, que corresponde al año oficial de 1530.

Esta reconstrucción crea grandes incongruencias, como las pruebas hoy en día reconocidas de la existencia de rutas previas hasta América, establecidas por los pueblos nórdicos, así como las equivalentes desde la gran China. Pero hay otras que se pueden analizar. Por un lado, se encuentran los mapas y la extraordinaria imaginería pictórica que se asocia a las carabelas de los océanos con la cruz roja, que ha sobrevivido a su borrado y destrucción. En múltiples imágenes se identifica el descubrimiento de Colón con la cruz patada de la Orden del Templo de Salomón, y en algunos mapamundis se ve la presencia de una flota equivalente dominante, por todos los océanos. Todos ellos hacen referencia a la Orden del Templo de Salomón. Por otro, hay numerosos mapas de la época con los emblemas catalano-aragoneses y con la cruz de la Orden de Cristo portuguesa (este orden dirige, oficialmente, las primeras décadas de la empresa colonial portuguesa), que suelen no incluir el símbolo del castillo representativo de Castilla. Estos mapas hablan de un orden anterior al castellano, en la empresa colonial. Pero también hay otras incongruencias, como la del proyecto colonial, papal, del Tratado de Tordesillas de 1494 (en 1679 real), que reparte el mundo entre los reyes de Aragón y de Castilla y los de Portugal. Este tratado internacional es ilógico, al igual que lo es el anacronismo histórico de que, oficialmente, se reparta un nuevo continente mientras Colón cree estar en Asia. De otro modo, tampoco son congruentes las sorprendentes concesiones al almirante Colón en las Capitulaciones de Santa Fe, selladas en Barcelona antes de consumarse el "descubrimiento". Estas capitulaciones no tienen sentido, y el reparto del mundo entre los reyes hispanos de las Españas y de Portugal tampoco, de la manera que nos ha sido transmitido. No tiene sentido que se delegue al linaje de un supuesto descubridor el rango de Virrey de Asia (cargo vitalicio para él y sus sucesores) y se lo envíe allí con únicamente tres barcos para que tome posesión de las tierras, ante la magnífica autoridad del Gran Kan; ni que se le entregue el derecho de diezmo que hasta entonces pertenece a la iglesia; ni que se le haga juez principal de todos los asuntos que se diriman allí.

No tiene sentido que se reparta el mundo entre el linaje de un almirante, al servicio de una reina castellana, y la autoridad de Portugal liderada por la Orden de Cristo. Y tampoco tiene sentido que esta empresa concedida por el Papa, que debe beneficiar a todos los cristianos, excluya a los del resto de Europa y a los judíos y mahometanos hispanos asentados allí desde hace siglos, hasta el punto de declararse a todos ellos indignos de ejercer su derecho de adopción de fe a un mismo Dios, a partir del mismo año 1492. No lo tiene.

En cambio, sí tiene sentido que Colón represente a la autoridad genovesa y/o catalana de la Orden del Templo de Salomón (que hasta la fecha ha sido la principal autoridad marítima del brazo militar, como evidencian los cuadros del descubrimiento y los mapamundis), tras el atentado del rey de Francia hacia este Orden a las tierras francas y occitanas al 1677 real (en 1307 oficial), coincidiendo con el debilitamiento de la alianza del Arca de Salomón. En este sentido, adquiere especial relevancia la fundación de los poderes templarios en los reinos de Valencia y de Portugal, con los nombres de la Orden de Santa María de Montesa y de Cristo, respectivamente, en el año 1314 oficial, que es el 1684 real. Estas órdenes han sido creadas junto al Tratado de Tordesillas, y han sido apoderadas por el Papa para completar la misión del Templo de Salom vencido, en nombre de María y de Cristo, bajo la nueva cruz de San Jorge. Es decir, en el inicio de la reconstrucción de la historia, se concibe la mutación integral de la Orden del Templo de Salomón bajo la autoridad del papa de Roma, desafiando la osadía del rey de Francia.

De acuerdo con este razonamiento, tiene sentido que Colón sea la cabeza de un linaje imperial asociado a los grandes monarcas, que a su vez represente y/o sustituya a la autoridad judía de Europa occidental y a un orden religioso y militar, romano y salomónico, dominante y principal, antes de su desmantelamiento posterior que da lugar al nuevo orden católico y romano del Vaticano. Junto a los poderes de los Colón aparecen en las esferas hispana y vaticana los de los Borja, que van de la mano, y, a su vez, a medida que son intervenidos por la competencia imperial europea que se levanta con ellos, "caen" años más tarde, conjuntamente.

Está en juego el fundamento económico de un ambicioso proyecto cristianizado, que necesita el oro y la plata proveniente de América, que hasta entonces ha enriquecido a la Orden del Templo de Salomón. La apropiación de este "tesoro" de minas de metales y piedras preciosas, por parte del cristianismo europeo, sin el cual es imposible concebir la colonización europea, es una razón de peso para borrar de la historia, para siempre, la autoridad de sus anteriores propietarios. Especialmente la judía y la mahometana, aliada hasta entonces en un frágil pero fructífero orden salomónico, sabio.

Por esta razón, el Papa Inocencio VIII entrega a Miguel Alonso de Pinzón, antes de la hazaña del descubrimiento, un documento de la Corte de Salomón proveniente del estamento judío que informa de cómo llegar a grandes y ricas tierras que se encuentran en el Oeste, apuntando a México. La Corte existe, y en este inicio es judía y papal.

A su vez, la trascendencia de esta reconstrucción sobrepasa el alcance y el significado que se desprende a primera instancia. Tiene que ver con el borrado deliberado de la importancia del Imperio Romano de Constantinopla en beneficio del de Italia, que es en gran medida una invención creada especialmente a lo largo de los siglos diecisiete y dieciocho. Y tiene que ver con el traslado de los poderes papales a Roma, provenientes de Aviñón; con la historia del borrado de la autoridad medieval del Templo de Salomón; y con la estigmatización y posterior persecución de las comunidades judía y mahometana.

Según la reconstrucción de la Cronología X-185, la Roma papal es, básicamente, una obra que nace en Aviñón, no antes, y se crea para la gloria de Europa y como constructo hecho a medida de los requerimientos del proyecto colonial, católico y universal, que desde entonces modifica la historia, haciendo de Roma la primera sede de la historia de la iglesia cristiana. Inicia su epopeya desde allí, para la gloria de los papas y del cristianismo, venciendo, por la fuerza de la fe, a un imperio pagano. Es el inicio de la falsificación arqueológica, genealógica y documental a gran escala.

La Roma italiana, el Vaticano y el Cristo mesiánico se imponen entonces, bajo el brazo implacable del proyecto colonial y con los brazos eclesiásticos de la Santa Inquisición y la Compañía de Jesús.

Por esta razón, es entonces, a lo largo de los siglos diecisiete y dieciocho, cuando se radicalizan las diferencias entre los cristianos y los pueblos mahometano y judío, no antes. Tal como defienden, de hecho, Fomenko y Nosovskiy.

Siguiendo con el hilo de la reconstrucción histórica:

Se inicia así la empresa de la manipulación coordinada más grande jamás acordada entre los poderes del mundo, después de décadas de tímidos avances ya iniciados, hasta la creación del primer mapa cronológico global que seacaba instaurando. Annio de Viterbo (en el 1683 real, es decir e 1498 oficial), después Isaac Newton (en el año oficial, y real, de 1727) y después la Compañía de Jesús (1725-1773), con la colaboración de las cortes imperiales y sacerdotales de todo el mundo, reconstruyen el pasado y entregan a la academia de la historia la narrativa oficial que nadie osa cuestionar. De esta manera:

Todo tiene que ver, en gran medida, con esta cuestión, que conviene entender bien. Tiene que ver con los textos sagrados, con el Templo de Salomón, con el pueblo judío y con todo lo que se transforma en nombre de la colonización, con unos hechos que se encuentran íntegramente dentro del imaginario de la Edad Media. Tiene que ver con las raíces de la Francmasonería (1717-1736); con la independencia de los Estados Unidos de América (1776); con la Revolución Francesa (1789); y con el posterior Imperio de Napoleón (desde 1804 hasta 1815). Y, al mismo tiempo, tiene que ver con la manipulación de la historia de los imperios coloniales europeos.

Esta reconstrucción sitúa la historia de los imperios coloniales de Castilla, Portugal, Inglaterra y Francia, en la lista de historias modernas recreadas para su gloria, especialmente en relación a los hechos de los siglos dieciséis y diecisiete. Y, en cambio, sitúa la historia anterior de poderes como el catalán, el genovés y el veneciano en la lista de historias adulteradas, borradas para el beneficio de las anteriores.

Debido al cambio geopolítico que asienta a los Borbones en el trono de las Españas, se crea un completo borrado de la historia reciente que incluye la total manipulación de la identidad y de las razones de la empresa colonial de Cristóbal Colón, así como de la de Hernán Cortés y la de otros conquistadores contemporáneos; una mutación sistemática (no oficial) de los apellidos catalanes, que adoptan denominación castellana e italiana.

La supremacía castellana, que la historia oficial crea a partir del siglo dieciséis, ante una Corona de Aragón que se amolda a ella, es el resultado de una mala reconstrucción cronológica ordenada por la Iglesia inquisitorial romana. En esta manipulación deliberada desaparece el catalán de las obras editadas; todos los grandes conquistadores son castellanos y no existe ninguna razón para tal agravio (como sí ocurre en el siglo dieciocho), en un escenario absurdo que se hace coincidir con un imperio europeo de los Habsburgo que la castellanidad colonizadora ignora completamente. En realidad, tiene lugar una castellanización de España en tiempos de los Borbones, en el siglo dieciocho, cuando los catalanes se han sometido y han desaparecido los poderes de los reinos hispanos sobre Italia y el resto de Europa. El Imperio Español castellano comienza entonces, y termina con la invasión de Napoleón y la consiguiente pérdida de la mayoría de las colonias, un siglo más tarde. Antes es una empresa colectiva con notoria presencia catalana e italiana, heredera del Templo de Salomón, que compite con Francia por el control de Roma y el del imperio salomónico fracturado.

El Siglo de Oro de la lengua española (castellana), a su vez, no comienza en 1530, sino en 1715, y no acaba en 1645 sino en 1830, cuando cae la Santa Inquisición en España. Por esta razón no tiene ninguna reminiscencia catalana, ni en la lengua, ni en sus autores ni en sus escenarios. La causa no es el abandono voluntario del uso del catalán que narra la historia oficial, después de siglos de gran prestigio. Es la prohibición de su uso que imponen los Decretos de Nueva Planta y el proyecto de unificar toda España alrededor de una castellanidad dominante, tanto en la iglesia como en el gobierno, que la Real Academia de la Lengua establece desde el año 1712. La idea de crear un Siglo de Oro de la literatura española en catalán y otras lenguas es incompatible con el proyecto institucional de su borrado, de la misma manera que se instaura en Francia con el catalán, con el resto de variantes occitanas y con el conjunto de otras lenguas diferentes al francés parisino.

Por esta razón, y no por otra, el celo castellano impide reconstruir la catalanidad de los dos siglos anteriores, creando lo que es, sin duda, una de las mayores contradicciones de la historia europea occidental. Los catalanes, asentados entonces en media Italia y con numerosos puentes con el papado y con los intereses comerciales de toda Europa, con una poderosa banca y altos cargos en la Orden de San Juan Bautista, no se autoinfringen voluntariamente el abandono de esta empresa. Les es impuesto por el nuevo Rey y el nuevo orden papal.

Trabajo relacionado: artículo publicado en el diario El País Costa Rica, el 5 de septiembre de 2019, con el nombre Otro mapa mental para el descubrimiento de America (clica), y en el diario The World News, con el mismo nombre (clica). En italiano ha sido publicado en el blog ComeDonChisciotte, el 21 de octubre de 2019, con el títulol Nuova cronologia_X-185: Una nuova visione della scoperta dell’America (clica).