En el libro LA VÍA CRONOLÓGICA (2020, La Tempestad) se indicó que las historias de los reyes visigodos, merovingios y carolingios, vinculados (según la tradición y varios estudios) con el linaje de Jesús a través de María Magdalena, estaban relacionadas con la de los condes catalanes. Lo estaban a través de los Exilarcas de Babilonia, los príncipes-reyes judíos de Narbona, que aparecen en tiempo (oficial) de la llegada de los sarracenos a Hispania. Ellos, los exilarcas, se conocen como descendientes del rey David, el bíblico. Esto es oficial aunque casi nadie sea consciente de ello. Es decir, se apuntaba a un hilo duplicado de la historia entre ambos acontecimientos, por un lado el de los sarracenos y el de los exilarcas en tiempo de los condados catalanes carolingios, y, por otro, el de los visigodos y los francos merovingios. Técnicamente, significa que se asimila a los condes catalanes a poderes judíos y visigodos de gran poder militar y a una poderosa autoridad simbólica, de la casa del rey David, y éstos son también sarracenos, y, de la misma forma, se asimila a los francos con poderes hermanados con los judíos y los visigodos, pudiendo ser también invasores. La investigación que lo soporta es la Nueva Cronología de Fomenko y Nosovskiy, puesto que demuestra que toda la historia anterior al siglo XVIII dC se ha dilatado a base de múltiples duplicaciones a medida que se escribía (y se manipulaba) la historia oficial, junto con la “sagrada”.
Pero esto no es todo. En el libro citado se decía, también, que la batalla de Poitiers (año oficial de 732) en la que Carles Martell hace retroceder a los sarracenos, era un reflejo de la batalla de los Campos Cataláunicos (año oficial de 451), entendida casi dos siglos atrás. Para situar al lector o lectora, recordar que con Poitiers se crean los primeros pasos para la creación de la “Marca Hispánica” que da origen a los condes catalanes y al Imperio Carolingio, y con los Campos Cataláunicos se consolida el linaje visigodo que ocupa Hispania y nace el reino Franco. En Poitiers los protagonistas son los reyes carolingios, y en los Campos Cataláunicos los reyes protagonistas serán los merovingios, que “nacen” poco después, y los visigodos. Las coincidencias son importantes. Además, en el binomio Narbona-Tolosa (en el que a continuación entra Barcelona) aparecen, primero, los visigodos, y después los condes catalanes en una historia sorprendentemente paralela a la de los poderes judíos (los exilarcas). Y lo que es también significativo: en Narbona aparece el primer reino visigodo, y después el primer poder condal catalán, este segundo en paralelo al poder real judío, y, antes (según la historia oficial) el primer arzobispado cristiano que domina este territorio “romano”. Todo parece una casualidad, pero las “gafas neocronológicas” ayudan a ver otra explicación.
Esta historia es lo suficientemente interesante como para seguirle el hilo, pero no se trabajó mucho más en el libro LA VÍA CRONOLÓGICA porque el tema principal era la historia sagrada universal y su manipulación integral, no el caso específico de los exilarcas y los condes catalanes. Es decir, trata una historia sagrada que no sólo apunta a una manipulación entre Poitiers y los Campos Cataláunicos, sino a otra mucho más monumental.
Pero desde 2020 el trabajo ha seguido su hilo, doble, y ha avanzado. Por un lado, con la implicación de Daniel Bellò, que abre el blog “La Història Usurpada” (con quien comparto investigación desde hace años) y se topa con el hilo de los “catalauni”, que diversas fuentes hacen presentes en tiempos de la batalla de los Campos Cataláunicos y, según diversas interpretaciones, puede que sean la raíz de los catalanes. Incluso, se da a entender que ellos estuvieron del bando galo y romano (y visigodo) que se dice que vence a los Hunos, comandados por Atila. Así, se crea un hilo narrativo atractivo para los catalanes, asimilándolos con unos “irreductibles galos” (como Astérix y Obélix) que “se resisten ahora y siempre al invasor” (en este caso tártaro), y recibe bastante aceptación (si bien siendo estrictos con la realidad esta aceptación es muy relativa). Por otro lado, sin embargo, LA VÍA CRONOLÓGICA, apunta en otra dirección. Dice que los condes catalanes vienen de Oriente, como todos los poderes indoeuropeos que ocupan Europa a lo largo de la historia (con el permiso de los celtas y de otros pueblos asimilados, de los que sabemos poco). En este sentido, el poderes visigodo y judío son compatibles con esta línea, pero no la versión gala cataláunica. Asimismo, la investigación se vincula con el gran trabajo de Arthur Zuckerman, que en 1972 publica un libro en el que descubre las duplicidades entre los exilarcas de Narbona y Toulouse con los condes cristianos equivalentes (principalmente los catalanes), y apunta a una manipulación de la historia, en la que (sin decirlo abiertamente) los poderes judíos han sido sustituidos de forma deliberada por poderes cristianos. Esta historia viene dada de la mano de los Kalonymus, que en otro trabajo complementario se vincula con Cristóbal Colón. Este corriente judío, a pesar de no tener ningún eco público, interesa a determinadas personas, como a Josep Bastardas, quien realiza una investigación equivalente desde hace años (y desde hace más de un año comparte inquietudes con la visión neocronológica). Pero no es el único, seguramente porque el tema es controvertido y altamente sensible para la conciencia histórica que define nuestras identidades, la idea cristiana de Occidente y los libros sagrados (la Biblia y su imaginario).
Sin embargo, toda esta búsqueda es bienvenida, si ayuda a atar cabos. Las dos investigaciones, la de Daniel y la propia, parecen confluir. Veámoslo:
- Teodorico I de Narbona y Toulouse, visigodo, muere en la batalla de los Campos Cataláunicos en el año oficial 451 dC, después de que el linaje visigodo llegara a Barcelona de la mano de su hermano o cuñado (no se sabe el vínculo realmente), de nombre Ataúlfo, que establece allí el palacio real visigodo. Ataúlfo es hijo del primer rey visigodo (Alaric) y se casa con la Gala Placidia, hija del emperador romano y nacida en Constantinopla. Vamos, es una “princesa” que, todo sea dicho, pone nombre a la principal plaza del Call Jueu de Barcelona (el barrio judío). Y se casan en Narbona.
- Teodorico I de Narbona i Tolosa, oficialmente franco, muere en una batalla en Panonia, en el año 793 oficial, contra los Avaros. Pero Zuckerman establece que no es franco sino judío exiliarca. Es el primer exiliarca judío, de nombre Teodorico, que significa “rey del pueblo”. En realidad se llama Makir y es del linaje del rey David bíblico, y nacido en Babilonia. Su hijo (esto vuelve a ser oficial) es San Guillermo de Gelona, que se cree lo tiene con la hija de Carles Martell, Alda, y en el año oficial 801 capturan Barcelona. Es decir, casa también con una princesa, y se cree que se unen a Narbona, donde tiene su capital.
Como se ve, este paralelismo es espectacular, y lo sería más si el Teodorico I visigodo fuera también Ataulfo. Y podría serlo, porque Teodorico es un “alias” y una denominación latinizada, lo que era muy común en la antigüedad (me refiero a poner varios nombres al mismo personaje según las fuentes y el autor de los textos).
Asimismo, otra obra parece ayudar a esclarecer cómo hay que entender los poderes condales catalanes, y la historia triplicada de los poderes visigodos, cristianos y judíos. Recientemente se ha estudiado de nuevo el libro OBSERVATIONS upon the PROPHECIES of DANIEL, and the APOCALYPSE of St. JOHN (“Observaciones sobre las profecías de Daniel y el Apocalipsis de San Juan”), de 1733, de Isaac Newton. Este libro es primordial para la Nueva Cronología, tal y como se apunta en LA VÍA CRONOLÓGICA pero faltaba hacerle un estudio más a fondo. El libro merece una contextualización pero aquí, por no perder el hilo de los “catalauni”, se dice sólo que se trata de un libro “encriptado” que viene a decir cómo debe interpretarse la Biblia y ubicarla en la Edad Media, en la línea neocronológica de Fomenko y Nosovskiy (y de un servidor). En este libro se dice que todos los vasos vienen de la actual Europa del este, y los visigodos de Panonia, y hablaban el mismo idioma. Dice, literalmente (aquí traducido):
Los hace a todos godos y destaca que los vándalos y los alanos se unieron y ocuparon España y el norte de África, a principios del siglo V, antes de que llegaran los visigodos. Pero añade:
He aquí la raíz de los “Cathalaunis” (los catalanes), que eran medio Chatti y medio Alanos y eran una parte de los llamados vándalos que desde Oriente ocupan Occidente. Los alanos vienen del mar Caspio, y después llegan hasta Crimea, para acabar entrando en Europa Occidental (como los Hunos), mientras que los visigodos, con los Ostrogodos, se dice que también vienen de allí cerca, de las estepas de la actual Ucrania. ¿Y los Chatti? esto no lo explica Newton, pero los historiadores los ubican cerca de los Campos Cataláunicos, y saben muy poco de ellos. En este sentido, respecto a la batalla de los Campos Cataláunicos conviene aclarar que, oficialmente, el ejército galo y romano que frenó los hunos de Atila también contaba con los alanos, visigodos, borgoñeses y de otros pueblos godos, de la misma forma que los hunos, que luchaban con los gépidas, los escitas, los avares, los ostrogodos y muchos otros. Es decir, fue una gran lucha entre “hermanos”, no una lucha entre los pueblos originales y los invasores. Esto es importante, ya que rompe estereotipos y ayuda a ver la lucha tártara que precedió al reparto de los territorios. Asimismo, ¿qué dice Newton de los Campos Cataláunicos? Pues dice que la Galia estaba ocupada por los alanos y se produjo una rebelión en los campos citados, donde se dice que estaban los alanos y los chatti. Concretamente Newton dice: ¿qué dice Newton de los Campos Cataláunicos? Pues dice que la Galia estaba ocupada por los alanos y se produjo una rebelión en los campos citados, donde se dice que estaban los alanos y los chatti. Concretamente Newton dice:
Es decir, el lugar de la batalla recibe el nombre donde estaban los “catalaunis”, medio hunos y medio chatti. Y no deja claro de qué bando estaban aunque parece que del de Atila. En todo caso, eran invasores, vándalos, como los húngaros, que son medio hunos y medio avares (como reconoce la historia oficial). Esta lucha se debe a la gran superioridad de los tártaros que, a lo largo de la Edad Media (oficialmente a lo largo de los siglos pero neocronológicamente en poco tiempo) ocupan Eurasia y el norte de África.
Hasta aquí se ve que, según estas fuentes, los catalanes no eran poderes galos sino tártaros, con el punto y aparte de los chatti, que permanecen misteriosos, … como los judíos exilarcas. En esta línea, ¿dónde hay que ubicar a los judíos? eran los chatti? Puede ser, pero para entenderlo bien es necesario ponerse gafas neocronológicas (y eso pide mucho trabajo y una buena dosis de pragmatismo con la historia oficial). Asimismo, aquí se realiza una aproximación. Estudios del siglo XIX y XX concluyen que los Chatti, o Khatti, también Hatti, eran los Hititas que cita la Biblia, que se cree venían de Anatolia en tiempos del Egipto de los Faraones y Babilonia, y se establecen en Canaán en tiempo de Abraham. De hecho, ellos venden las tierras de Hebrón donde Abraham entierra a su mujer Sara, quien casa con el Faraón de Egipto. Y de ese sepulcro nace el templo del linaje del pueblo de Israel. Son contemporáneos y protagonistas en tiempo, por ejemplo, del faraón Akenatón. ¿Y qué se hizo de ellos? Se dice que desaparecen con la invasión de Oriente Medio por parte de los “pueblos del mar” después de que Moisés saliera de Egipto. Y… ¿esto encaja con los hechos de la Alta Edad Media? Por supuesto, porque se extendieron por la “Tartaria” y Babilonia, y hasta Occitania (Gothia) después de pasar por la Gothia de Crimea, como los vándalos. Y eso, por mucho que cueste creerlo, no ocurrió hace miles de años, sino en el imaginario actual de la Edad Media, tal y como apunta (y lo demuestra, a pesar de no tener respuestas por todo, lógicamente) la Nueva Cronología. De hecho, tal y como explica Newton, al situar las profecías bíblicas, precisamente, en la Edad Media.
Haciendo una lectura neocronológica adicional, resultado de esta invasión nace el Imperio Carolingio, aliado con los poderes romanos originales (que poco tienen que ver con los romanos oficiales), coronando “bestias” tal y como se profetiza en el texto sagrado. Y el Reino de Israel, el de Canaán, conviene entenderlo como una obra de la Orden del Templo de Salomón (de la que Newton no habla, curiosamente). Y sí, en el caso de los templarios también hay que ver saltos cronológicos, como el de los tártaros, que han sido duplicados en varias historias (babilonios, persas, tártaros y pueblos del mar, turcos, mongoles…) de su linaje, el de Gengis Khan, y sus alianzas matrimoniales con todos los pueblos del mundo, tal y como Moisés proclamó. Esta lucha es la del Apocalipsis, escrita en clave profética para ocultar la historia real y hacerla… sagrada, en todos los sentidos, tanto en el sentido sagrado religioso como en el sagrado historiográfico, si bien poco a poco se va mostrando tal y como fueron: brutales y fascinantes a la vez, teñidas de leyenda manipuladora, para legitimar el poder real (y espiritual) temeroso de ser reconocido como invasor.
Y, a modo de pista de la gran manipulación que se esconde, resaltar que los visigodos y los hunos se dice que saquearon Roma, mientras que los carolingios la liberaron. En realidad, la ocuparon. Fue una ocupación tártara, de los poderes que serían el verdadero Imperio Romano, tal y como concluye la Nueva Cronología. Por eso el Vaticano está fuera las murallas de la ciudad de Roma, como una “Ciudadela militar”, y hace referencia al tártaro Batu Kan, el nieto de Gengis Khan. Batu Kan, Vaticano.
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