Capítulo del libro:
© Andreu Marfull Pujadas
© de esta edición: Ediciones de La Tempestad SL, 2020
Barcelona, mayo de 2020
ISBN 978 84 121768 1 0
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Según la reconstrucción que aquí se transcribe, junto a la expansión tártara y mongol se crea un cuerpo sacerdotal que predica la gracia de Dios asociada a un linaje imperial, que con la gloria de Gengis Kan deviene universal. Con ello se funden el Reino de Dios con el nacimiento de un nuevo poder que desea gobernar al mundo, erigiéndose como el “elegido”, o “ungido”. El poder tártaro o mongol crea de este modo la gloria de un ser divinizado, que vuelve a su tierra original para tomar el control del imperio simbólico principal: la Tierra Santa del Nilo.
Es la resurrección del poder “divino” de Osiris, que adquiere otra identidad en Horus. Tras ella está la toma de control de Egipto, desde múltiples narrativas, como la de la ira del Dios de los hebreos en tiempos de Moisés. Pero también se encuentra la historia equivalente de Alejandro Magno, que también libera a los judíos y les permite tomar el control de Egipto. Por esta razón, y no por otra, la historia oficial ha dejado escrito que Alejandro Magno “resucita” como un nuevo Dios, y se lo equipara a Amón (o Amén, que es como se pronuncia en el idioma egipcio). Es decir, Amón en Alejandro también es Horus, y a su vez es Cristo, y su poder proviene del brazo tártaro o mongol, que también es judío. Y por la misma razón, el pueblo judío celebra la liberación del yugo babilónico con la fiesta del Janucá (o Hanukkah), también conocida como fiesta de las Luces. Con este simbolismo se conmemora la liberación del pueblo judío en manos de los greco-persas y la reconstrucción del Templo de Salomón. Históricamente, se traslada a tiempos del gran Alejando Magno, a quien tradicionalmente los judíos honoran llamando Alejandro a sus hijos primogénitos, desde entonces.1
Todo es la misma historia.
La Figura 27 escenifica este episodio, y muestra su sentido histórico, egipcio, bíblico y medieval, y se articula en la forma del mito de Osiris, desde la muerte del mismo a manos de Seth (su hermano) hasta su resurrección por medio de la intercesión de Isis, que consigue engendrar a Horus; pasando por la posterior lucha entre Horus y Seth, en la cual vence el primero. Es la historia sagrada, que nos ha llegado escrita de múltiples formas.
Figura 27. Equivalencias el mito de Osiris con el Antiguo Testamento y la Edad Media. Fuente: elaboración propia.
La Figura 27 se puede resumir en cuatro narrativas (El mito de Osiris, la Biblia simbólica, la Biblia histórica y la Edad Media), y en la transición del imperio de Osiris en el de Horus, en un proceso que dura 116 años aproximadamente, donde la historia bíblica ha convertido los años en siglos y los ha enviado más de mil años al pasado. Pero, en realidad, los hechos ocurrieron hace seis siglos, entre los años 1370 y 1486.
Luego, la muerte de Osiris ante su hermano Seth, tras lo cual Osiris resucita y concibe a Horus, con Isis, es
- la muerte de Abel ante de Caín, y tras ello Eva concibe a Set, para llenar el vacío de Abel;
- el sacrificio de los padres de Moisés y su adopción junto al Faraón;
- el fallido primer Templo de Salomón, que es destruido por el rey de Babilonia, pese a que los judíos mantienen su prestigio;
- la muerte de Andrónico Comneno el año 1370 (el 1185 oficial) y la posterior reconstrucción de su poder con la aparición del Reino de Georgia y el Imperio de Trebisonda, en el año 1389 alternativo (el 1204 oficial), y la Batalla de Kulikovo, de 1380, tras la cual se pacta un reparto de poderes entre mongoles; y
- la invasión de toda Asia, Persia y media Europa por parte de Gengis Kan, que se alía con los keraítas, tras someterlos (del mismo modo que el rey de Babilonia Nabucodonosor somete al pueblo de Israel bíblico y luego se alía con ellos).
En este escenario inicial,
- Osiris es Andrónico Comneno;
- Seth son el rey de Babilonia, Nabucodonosor, Isaac Ángelus (familia de Andrónico, y quien lo hace matar) y Gengis Kan;
- Isis es la madre adoptiva de Moisés (la hermana del Faraón) y la reina Tamar de Georgia; y
- Horus son Moisés y el rey-emperador David de Georgia y de Trebisonda.
La lucha entre Seth y Horus es
- la crónica del Gran Diluvio;
- la de las plagas del Dios airado contra el Faraón;
- la destrucción del primer templo de Salomón por parte del rey de Babilonia; y
- la ocupación mongol de Persia y medio mundo conocido.
La victoria de Horus sobre Seth es
- la de David contra Goliat, y la posterior gloria de los reinos de Judá e Israel;
- la de Alejandro Magno sobre Egipto y Persia, Babilonia, en la que se libera a Israel y se reconstruye el Templo de Salomón;
- la de los mamelucos sobre Egipto (año 1250 oficial, 1435 alternativo), dando como resultado a los Paleólogo al frente del Imperio Griego o Romano (año 1261 oficial, 1446 alternativo), al Preste Juan al frente de la Casa Imperial de Etiopía (año 1270 oficial, 1455 alternativo) y a la división de todo el Imperio Mongol en grandes poderes pertenecientes a un linaje principal.
El gran pacto entre Oriente y Occidente es
- el nacimiento de un gran linaje, fusionado con los poderes antiguos, que el Génesis (Ge. 6) asimila a la unión entre los Gigantes y los hijos de Adán y Eva, anteriores al Dilubio;
- el Arca de la Alianza, la alianza de Dios con la humanidad en tiempos de Noé, Abraham y Moisés;
- el pacto de los imperios “alejandrinos” de Grecia, Egipto y Persia, tras los cuales se crea el segundo Templo de Salomón;
- el pacto de la Paz tártara o mongol, en el cual florecen las relaciones comerciales desde la China a Europa, y el Imperio Griego medieval; y
- el pacto del Arca de la Alianza que se custodia en el reino del Preste Juan, de la Casa Imperial de Etiopía, “descendiente” los reyes Salomón y Saba, que el Apocalipsis fecha en el año 1486.
Tras la cual surge
- la gloria del Cristo gnóstico en Jerusalén y la de Buda en Oriente.
Y, en este contexto, el Éxodo de Babilonia es
- el resultado del “pacto” entre Israel y Babilonia para gobernar juntos, que se describe en la Biblia; así como
- la alianza entre Gengis Kan y los keraítas (los hebreos anteriores a los judíos que siguen la Ley de Moisés).
Y, el llamado “segundo Éxodo de Babilonia”, que se asimila al papado de Aviñón, es
- el proyecto del renovado Templo de Salomón, tras la gran Alianza, en el cual los príncipes judíos son protagonistas.
Cuando se toma el control de Egipto todo cambia. Osiris muta y se mantiene en Egipto, pero Horus renace de él en la forma de un Dios omnipotente, Yahvé, y de un emperador que adquiere diversos nombres: Jesús, Buda o Krishna, y con ellos se crean varias escuelas espirituales, que se custodian bajo la autoridad sacerdotal del Preste Juan, de la Casa de Salomón. Mahoma, en este contexto, aparece asociado a la Reina de Saba, compartiendo tierra común: la actual Arabia Saudí, y forma parte, sin duda, de este episodio crucial de la historia, seguramente, en la etapa del retorno a Egipto y en el establecimiento del gran pacto entre Oriente y Occidente, tras la gesta de Alejandro Magno.
A su vez, en la tradición cristiana, es la historia que ha rememorado a Santo Tomás, que se va a la India y conoce a los Reyes Magos, quienes lo bendicen y otorgan el poder al Preste Juan, iniciándose así el cristianismo, en la misma área de influencia del Buda. Tomás significa “gemelo”, y el Nuevo Testamento lo asimila al gemelo de Jesús, escondiendo de este modo su inalienable relación. Es decir, “gemelo” hace referencia a un duplicado, y nos habla de su “nacimiento”. El manuscrito El Becerro (Fernández de Mendoza, n. d.) lo describe con gran detalle.2
Más adelante, se crean unos evangelios de los cuales surge la idea (con el paso del tiempo) de crear un Nuevo Testamento, dando forma a la historicidad antigua de Jesús, del modo que se plasma en la Figura 28 adjunta.
Figura 28. Equivalencias del mito de Osiris con el Nuevo Testamento. . Fuente: elaboración propia.
Las correlaciones son evidentes. La historia simbólica es la misma, pero la oficial no tiene (casi) nada que ver.
De este modo, se resuelve la esencia de la gran parábola de la historia que amaga la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, así como en el Génesis, la Torá y las historias antigua y medieval.
Con poco más de un siglo realmente documentado se han construido miles de años de historia dilatada.
De este modo, la Cronología X-185 reconstruye a su vez el momento en que nace la idea religiosa organizada, en el siglo quince, y apunta a los dos siglos siguientes la dispersión religiosa, en la línea que lo plantea la Nueva Cronología de Fomenko y Nosovskiy, pero se le da otra interpretación. Antes, se desarrolla el culto a la tradición politeísta, que persiste hasta el siglo diecisiete, y es entonces cuando se inicia su deliberado desmantelamiento para, de este modo, reunificar la dispersión religiosa en una de principal, la cristiana, e iniciar así la “colonización”. Y, cuando esto sucede, de la historia bíblica dilatada se construye una historia oficial, esta vez definitiva y monumental, que ha perdido la conciencia de su verdadero origen.
1 Aportación de M. Ferrús.
2 El manuscrito citado se trabaja en el apartado “Prefacio 2”.